Análisis de estrategias en torno al escándalo de la pareja de Díaz Ayuso
La recomendación por parte del principal asesor de Juan Lobato, entonces secretario general del PSOE de Madrid, fue de mantenerse neutrales y no emplear en la asamblea madrileña un correo enviado por Pilar Sánchez Acera, asesora de Moncloa, referente al compañero sentimental de Isabel Díaz Ayuso. Esto se producía en un contexto donde desde Moncloa y Ferraz se buscaba crear una gran cobertura mediática para desviar la atención de las elecciones en Cataluña y la carencia de Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Los detalles emergen de un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, tras examinar el contenido del móvil de Lobato, obtenido voluntariamente después de prestar declaración como testigo. Este análisis se inserta dentro de una investigación hacia el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y Pilar Rodríguez, fiscal jefa Provincial de Madrid, por la supuesta filtración de este correo electrónico acerca de Alberto González Amador.
Los agentes encontraron pruebas que indican que altos cargos, tanto a nivel regional como nacional, conocían la información referente al compañero de Díaz Ayuso días antes de que se hiciera pública, procurando coordinar cómo actuar al respecto.
Interacciones y decisiones clave dentro del PSOE
Dentro de las comunicaciones internas destaca un intercambio en un grupo de Whatsapp compuesto por Lobato, David del Campo, director de gabinete en la Asamblea de Madrid, y la diputada Marta Bernardo Llorente, reflejando la tensión y la estrategia a seguir. Un momento clave en estas conversaciones se produce el 13 de marzo, un día antes de recibir el correo de Sánchez Acera, cuando Lobato recibe una llamada de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, indicando que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solicitaría a Alberto Núñez Feijoo la dimisión de Díaz Ayuso.
El día siguiente, Del Campo sugiere a Lobato mantenerse alejado de la estrategia de generar ruido para opacar los temas de Cataluña y los PGE, señalando que Ayuso, pese a los acontecimientos, seguiría en su posición. Esta conversación resalta la presión para centrar la atención en otros temas políticos y la posterior confirmación de Lobato de mantenerse conforme a estas directrices.
La conclusión de los investigadores apunta a que antes de que el correo sobre González Amador se filtrara en los medios, ya era conocido por varias figuras destacadas, incluidos Lobato, Sánchez Acera, y otros miembros importantes del PSOE y de la comunicación gubernamental, evidenciando una coordinación previa a la exposición pública del asunto.