En su discurso más destacado del año, realizado desde el Palacio Real, el Rey Felipe VI ha instado nuevamente a los políticos españoles hacia la práctica del diálogo y el acuerdo. Durante su tradicional Mensaje de Navidad, el rey ha enfatizado que las frecuentes disputas políticas, que pueden resultar abrumadoras, no deben obstruir la «petición de calma» por parte de los ciudadanos. Ha motivado a mantener vivo el ánimo de conciliación que echó raíces con la Constitución de 1978.
A lo largo de una década de reinado, un tiempo en que el monarca y la Reina Letizia han podido observar y apreciar profundamente, Felipe VI ha destacado la importancia de anteponer el interés colectivo a cualquier diferencia temporal o desacuerdo. Esta actitud, según expresa, debe ser reflejada en todo momento en el discurso y las decisiones políticas de todas las instituciones, como parte de su responsabilidad.
El monarca ha resaltado el “consenso en lo fundamental” como una guía permanente en el ámbito público, no con el objetivo de limitar la diversidad de opiniones, la cual es legítima y necesaria para la democracia, sino para prevenir que esta diversidad no lleve a negar la existencia de un espacio compartido. Este ha sido su decimoprimer Mensaje de Navidad.
Entendiendo la Concordia
“El acuerdo en lo esencial” fue la chispa que encendió la Constitución de 1978, y a pesar de los años, la concordia resultante continúa siendo nuestra base más sólida. El rey ha defendido la importancia de fomentar este espíritu de consenso para robustecer nuestras instituciones y conservar la confianza de la sociedad en ellas.
Según el Rey, el “pacto de convivencia” que representa la Constitución se preserva a través del diálogo. Este intercambio, caracterizado por su altura y generosidad, es esencial para formar la voluntad común y la acción estatal. Por ello, ha advertido a la clase política sobre la necesidad de permitir que la demanda de serenidad se eleve por encima del ruido de la contienda política.
El monarca ha señalado como ejemplo la reciente reforma del artículo 49 de la Constitución, relacionada con las personas con discapacidad, demostrando lo que es posible lograr juntos y advirtiendo contra la constante discordia que puede ahogar la voz de los ciudadanos.
El Desafío de la Inmigración y la Vivienda
Abordando cuestiones de máxima preocupación, Felipe VI ha hablado sobre la inmigración y los problemas de acceso a la vivienda. Ha descrito la inmigración como un fenómeno complejo que, sin una gestión adecuada, podría incrementar las tensiones sociales. Ha enfatizado la integración de los inmigrantes dentro del respeto a las leyes y la lucha contra las redes de tráfico de personas, resaltando la importancia de esta gestión para la calidad de nuestra democracia en el futuro. En relación a la vivienda, ha indicado la necesidad de un diálogo entre todos los actores implicados para facilitar el acceso a viviendas asequibles, especialmente para los jóvenes y los más vulnerables.
Una Visión Esperanzadora de España
Concluyendo su mensaje, Don Felipe ha expresado un mensaje de esperanza, señalando a España como una nación de gran historia y evolución democrática. Ha mencionado los desafíos presentes como la pobreza y la exclusión social pero ha destacado el prometedor panorama económico y de bienestar social del país. Mirando hacia el futuro, ha hecho un llamado a valorar el potencial de España y de su juventud, que se enfrenta a los retos con empeño y mérito, como demostraron al asistir en gran número a ayudar tras la tragedia de la DANA.
Un Llamado a la Unidad y al Diálogo
En resumen, el Mensaje de Navidad del Rey Felipe VI ha sido un fuerte llamado a fomentar la conciliación, preservar el bien común y escuchar las demandas de calma de la población. Ha subrayado la necesidad de diálogo y acuerdo para enfrentar cuestiones complejas como la inmigración y el acceso a la vivienda, y ha cerrado su discurso con una visión optimista sobre el potencial de España y su gente para superar los desafíos futuros.