Irrupción en la residencia de un asesor
Con una estrategia de entrada intensiva, llevando pistolas, arietes y escudos, una unidad de veinte miembros de la Guardia Civil ejecutó un allanamiento en la vivienda de Koldo García, quien trabajara como asesor de José Luis Ábalos. Este evento se llevó a cabo a las 08:02 horas del 20 de febrero de 2024, en presencia de su esposa y su pequeña hija de apenas tres años.
Los registros audiovisuales obtenidos por Europa Press revelan cómo los agentes, al ingresar, se encontraron con García y su esposa, quienes de inmediato se sometieron a las instrucciones de tumbarse al suelo, mientras advertían de la presencia de la menor en el hogar. Pronto, el resto del equipo armado se dispuso a controlar el lugar, manteniendo a la familia retenida para iniciar un minucioso registro que se extendería por 12 horas.
Un registro meticuloso
Los agentes durante la revisión solicitaban información acerca de Víctor de Aldama y del exministro Ábalos, de acuerdo a personas cercanas a García. Este último colaboró abiertamente con la UCO, facilitando el acceso a su caja fuerte, revelando la ubicación de sus rifles de caza, y entregando contraseñas de sus dispositivos electrónicos. La operación se amplió hasta una casa de aperos y el domicilio de la madre de García. Durante este proceso, las cámaras de seguridad captaron tanto la actividad de los agentes como diálogos comprometedores que mantuvieron.
Declaraciones y acusaciones
Koldo García ha tachado este operativo de desmedido, más aún un día antes de su comparecencia ante el juez como investigado en el ‘caso Koldo’, donde se le acusa de recibir sobornos por la adjudicación de contratos públicos durante la pandemia en 2020. García niega tales acusaciones, a diferencia de De Aldama, quien ha reafirmado sus cargos tanto en la Audiencia Nacional como en el Tribunal Supremo.
Comentarios sobre la irrupción
García expresó su incredulidad y descontento por la forma en que se ejecutó la entrada, señalando su colaboración previa de 35 años con la Guardia Civil y la presencia de una menor en el hogar. Criticó el uso excesivo de fuerza para un procedimiento que, a su vista, pudo haberse llevado a cabo de manera menos invasiva.