El jueves anterior, Elisa Mouliaá, conocida actriz, declaró ante el juez que está investigando a Íñigo Errejón por presunta agresión sexual, sosteniendo que la acción del exdiputado fue “distante” y que su tardanza en denunciar se debió al “miedo”. Aclaró: “Él se detuvo porque yo pude escapar”.
Primera declaración ante el tribunal
En la audiencia del 16 de enero, cuyas actas ha obtenido Europa Press, Mouliaá explicó lo sucedido la noche de septiembre de 2021 al juez Adolfo Carretero, quien cuestionó rigurosamente la versión de la artista sobre los supuestos incidentes.
La secuencia de los eventos
La actriz narró que todo comenzó cuando Errejón la invitó a la presentación de su libro tras haberse comunicado por redes durante un año. Después, fueron a un bar a tomar una cerveza. Comenzó a sentirse incómoda, y cuando le informó al político que tenía que irse a una fiesta en la casa de un amigo, él decidió acompañarla.
En el trayecto en taxi, Errejón supuestamente le impuso ciertas condiciones que el juez calificó de “absurdas”. El juez preguntó repetidamente por qué no se opuso a esas condiciones si estaba acostumbrada a tratar con el público.
Mouliaá explicó que interpretó aquellas acciones como bromas torpes y decidió ignorarlas. Después de bajarse del taxi, en el ascensor, Errejón presuntamente la besó agresivamente.
«Temor a lo que había en la bebida»
Ya en la fiesta, ambos bebieron y bailaron. Mouliaá, quien comentó que no bebía mucho tras haber dado a luz un año atrás, señaló que Errejón le ofreció dos copas, insinuando que pudo haber algo añadido a las bebidas: “Nunca me había sentido así antes”.
El juez le reprochó no haber mencionado en la denuncia su estado de embriaguez. Ella respondió que en la fiesta se sintió más ebria de lo esperado y con lagunas en la memoria.
En un determinado momento, mientras sonaba una canción de ‘Los Secretos’, Errejón la habría tomado del brazo y llevado a una habitación.
Explicó que, por la actitud de sus amigos, creían que Errejón era su pareja. El juez le preguntó si ella les había dado motivos para pensar eso.
En la habitación, bajo una fuerte iluminación, Errejón se cercioró de que la puerta estaba cerrada. Aunque ella no notó si tenía pestillo, él actuó como si lo hubiera.
Incidente en la habitación
Explicó que al empujarla contra la pared, reaccionó para alejarse, ya que se sentía extremadamente incómoda. Tras ser preguntada por el juez sobre si pidió que parara, aclaró que le había dicho que se sentía incómoda. Al preguntarla por qué no fue más directa, respondió que él se detuvo al verse liberada de su agarre.
Cuando el juez aludió a la declaración donde Errejón mostró sus genitales, Mouliaá interpretó que era para intimidarla. Indicó que él paró porque ella se libró de su control.
Salida de la fiesta y regreso a casa
Después de abandonar la habitación, decidieron dejar la fiesta rumbo a la casa de Errejón. El juez cuestionó por qué no se alejó inicialmente si ya había sido víctima de tocamientos. “Yo tampoco lo entiendo”, contestó ella.
Caminaban hacia un coche cuando su padre la llamó sobre la fiebre de su hija. Mouliaá mencionó que esa llamada la hizo despertar del estado en el que se encontraba, y a pesar de que Errejón no se inmutó, ella manifestó que necesitaba irse.
Él insistió en darle su libro autografiado. Mouliaá contó que, una vez en casa de Errejón, él nuevamente se abalanzó sobre ella.
Insistió en que estaba en shock y muy borracha, rechazando continuar con los avances del político, expresando claramente que se sentía vulnerada.
Afirmó que se impuso y exigió respeto, y consiguió alejarse de la situación.
Reflexiones sobre la denuncia
Mouliaá confesó que nunca había visto a alguien tan “frío” como Errejón aquel día. Indicó que lo agradeció para aprender de futuros encuentros.
El juez insistió en conocer por qué la denuncia llegó tres años después. Llena de emoción, Mouliaá explicó que no se había atrevido debido al miedo y teniendo una hija.
El magistrado sugirió si la denuncia se debió a un desencanto por parte de Errejón. Mouliaá respondió que después de conocer más testimonios, comprendió qué tipo de persona era, sintiendo que finalmente el tiempo para denunciar había llegado.