El Debut Literario de un Árbitro Ejemplar
Ángel Andrés Jiménez Bonillo, un árbitro reconocido de Málaga, ha lanzado su primera obra literaria titulada ‘El árbitro de la paz y el equipo Campeones’. En este escrito, el autor, conocido por su apodo de ‘árbitro de la paz’, presenta una historia centrada en un grupo de jóvenes que forman su propio equipo de fútbol, una singular entrenadora llamada Victoria, y Simón, un joven árbitro que refleja la progresión personal y profesional del mismo Jiménez a través de un relato cargado de enseñanzas.
Una Vida Dedicada al Fomento de Valores en el Fútbol Base
Ángel Jiménez comenzó su viaje como árbitro en el Colegio Maravillas de Benalmádena, donde también enseña Lengua y Religión. A lo largo de casi 18 años, este filólogo ha trabajado arduamente por inculcar principios como la educación, la honestidad y el espíritu deportivo entre jugadores jóvenes, padres, entrenadores y clubes. A través del personaje de Simón, el escritor ofrece un reflejo ficcional pero significativo de su propia trayectoria y desafíos en el ámbito del fútbol infantil.
En 2006, Jiménez, quien ya había sido árbitro federado, decidió no tolerar los insultos de un espectador durante un partido. Con una postura firme, se opuso a la continuación del encuentro hasta que cesaran las ofensas. Aunque el padre del espectador se negaba a retractarse, argumentando que el costo de su entrada le permitía insultar a los presentes, Jiménez no cedió.
Creador de un Protocolo Proactivo contra la Violencia Verbal
Antes de que existiera un protocolo oficial contra el abuso verbal en el fútbol, Jiménez implementó sus propias medidas: detener el juego tras el primer insulto, contactar a la policía después del segundo y suspender el encuentro en caso de un tercer incidente. Este enfoque le valió el título de ‘árbitro de la paz’, un apodo que se ganó al reflejar su compromiso con el respeto y la deportividad.
Jiménez se aseguraba de transmitir estas normas a los involucrados antes de cada partido. A través de reuniones con entrenadores, jugadores y delegados, compartía su visión del deporte como un modelo de respeto, fundamentando sus acciones en artículos de los Derechos Humanos, la Constitución Española y los principios del deporte mismo.
Con su postura valiente, Jiménez atrajo la atención de los medios en 2007, cuando la policía intervino en uno de sus juegos. Esta situación catapultó su figura a la fama, siendo bien recibido por periodistas y atletas de alto nivel, quienes compartieron y apoyaron sus acciones a través de diversos medios.
Con el tiempo, el enfoque del árbitro de la paz llevó a la adopción de protocolos formales contra la violencia verbal en los estadios, consolidando su influencia en el ámbito deportivo.
Colaboraciones con Plataforma 090
Tras dejar temporalmente el arbitraje federado, Jiménez continuó promoviendo sus principios a través de diferentes proyectos. Se asoció con la plataforma 090, respaldada por el Ayuntamiento de Málaga, que busca prevenir y eliminar la violencia en el deporte formativo.
Ángel Jiménez asumió el papel de embajador de 090 y, junto con la iniciativa, desarrolló el concepto del VAR (ver, animar, respetar), que enfatiza un ambiente positivo en los partidos y prohíbe cualquier lenguaje ofensivo. Estas pautas reflejan acciones previas de Jiménez y realzan los valores deportivos, haciendo hincapié en que padres y espectadores animen, pero sin interferir en las decisiones de árbitros o entrenadores.
Con “El árbitro de la paz y el equipo Campeones”, Ángel Jiménez continúa arbitrando en la liga Ciudad de Málaga, y a través de esta novela, ofrece recursos gratuitos mediante la plataforma 090 para seguir promoviendo su mensaje de respeto y educación en el deporte.